34. SOMOS ANIMALES IRRACIONALES

Tendemos racionalizar todo lo que hacemos o lo que nos sucede. Buscamos explicaciones y nos contamos historias a nosotros mismos u a otros que parecen tener una lógica interna, pero en realidad la mayoría de los eventos de nuestro entorno están fuera de nuestro control y son totalmente irracionales.

Ser conscientes de lo sensibles que somos a caer sesgos cognitivos nos puede ayudar darnos cuenta de lo engañados que estamos continuamente por nuestros sentidos y nuestro cerebro que intenta encajar todo en una explicación congruente. Pero la mejor solución es ser conscientes que en general todo es mucho más irracional de lo que creemos y que lo mejor es sentir las emociones, el lenguaje corporal, las miradas y actitud de los demás para realmente entender a un nivel más innato lo que sucede a nuestro alrededor.

La mayoría de las decisiones que tomamos los seres humanos son puramente emocionales: comer, dormir, sexo, hablar o ignorar a alguien, escuchar un tipo de música u otra, ayudar a alguien o ignorarlo para irse a tomar un café con otra persona, escapar al refugio de nuestro smartphone porque nos cae mal alguien que está sentado/a en la mesa…

Escucha tus emociones.

Acepta tu propia irracionalidad y también la de tu pareja, la de tus amigos y la de tus queridos.

La gran mentira de nuestros tiempos: intentar racionalizar y explicar con historias fabricadas aquello que es inexplicable e irracional.

Sentir es mucho más poderoso que racionalizar lo irracional.

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